La grisalla en la pintura es una técnica pictórica. Consiste en pintar un bosquejo de un cuadro en todos sus detalles empleando una escala monocromática como base. Sobre esta base, se pinta el cuadro proporcionando los colores. La técnica produce un efecto relieve a la pintura. Es básicamente lo que hacemos cuando pintamos a lápiz o a carboncillo.
El propósito de la técnica es plantear un bosquejo sobre el uso de la luz en la composición. Su objetivo es explorar el comportamiento de la luz en el cuadro antes de iniciar la pintura. Es como hacer un mapa de la luz previo a la aplicación del óleo.
En ningún caso debe trabajarse como una imprimiatura, ni tampoco debe ser considerada un simple boceto. En Academia de Dibujo y Pintura Taure en Barcelona te enseñamos a manejar los recursos necesarios para aplicar la grisalla correctamente.
La Técnica de la grisalla
La grisalla se trabaja en tres fases:
- El boceto
- Pintura acromática o en escala de grises
- La aplicación de colores
El boceto
En ésta fase se plantea la idea inicial de la composición. En esta etapa se reservan las zonas claras y las más oscuras creando las manchas de luz y de sombra, creando contrastes. La mayoría de los artistas hacen uso del carboncillo , sin embargo, se puede trabajar con emulsiones de agua. En esta fase se debe mantener limpio las áreas de luz. Es básicamente lo que hacemos cuando pintamos a lápiz o a carboncillo. La diferencia es que en la grisalla generalmente, se emplean tres tonos de grises. Aunque existen artistas que hacen uso de colores pardos y verdes. En estos casos la técnica recibe el nombre de “verdaccio”
Fase acromática
En este momento se inicia el proceso de construir el volumen. Ya teniendo el mapa de luz, comenzamos a construir la profundidad. Las partes de luz aún se reserva y las zonas oscuras se reservan pero no se trabajan con el negro, sino con un tono más oscuro. La intención es apuntalar con certeza los claros y oscuros. En esta etapa se construye la profundidad del cuadro y se logran las distintas tonalidades, hasta perfilar el cuadro en todos sus detalles en escala de grises.
Fase cromática
En esta fase se inicia la sobreposición del color por capas sobre el cuadro en escala de grises. Esta técnica se puede trabajar en acuarelas, marcadores y otros materiales húmedos. Sin embargo, es muy conveniente el uso de pinturas al óleo. Se recomienda también que el color que se aplique sea más oscuro que la capa de gris base a ser trabajada.
Aunque no es una obligación, utilizar un material acuoso para la primera fase y uno más graso como el óleo para las veladuras de la segunda etapa, es altamente recomendable para favorecer la profundidad de la obra.
Origen de la grisalla en la pintura
La grisalla tuvo su origen en la Alta Edad Media. Aparece en el siglo XII y XIII pero no fue hasta la Francia del siglo XIV cuando se comienza a generalizar. Todo ésto gracias al trabajo de pintores que utilizan la técnica para dar un efecto de relieve a sus pinturas.
A mediados del siglo XVI, la grisalla tuvo un gran desarrollo en el esmalte. En el siglo XVIII, los pintores rococó la emplearon como técnica para bocetos. A partir del siglo XIX pierde su popularidad con los avances que se introducen en las nuevas pinturas que simplifican su aplicación mejorando su calidad. Sin embargo, hasta el día de hoy la grisalla se sigue empleando.
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